Simple

Nunca creí que podría tener tanta fuerza de voluntad. Y en esta noche lluvioza, abrazada a un pote de Dulce de Leche y un vaso de Coca puedo ver que en cada encuentro nuevo en que proyecto e imagino a un nuevo hombre en mi vida, todavía está Él.

En estos años he intentado y siempre me mando los mismos mocos. Una y otra vez dejo pasar las señales que me dicen cuando detenerme y arremeto aún peor, pero con Él no. Estoy ciertamente orgullosa porque ahora mismo no estoy pensando en otra cosa que llamarlo, que decirle que lo extraño, que no, no tiene que ser el motivo de nada porque el verdadero motivo soy yo. Pero no lo hago.

No voy a mentir, todavía fantaseo con nuestro final feliz. Con ese micro espacio que nos habíamos creado transformado en nuestro mundo, lejos de todo y de todos, donde nos queríamos y nos abrazábamos. Donde pude finalmente dormir sin que un brazo me molestara. Tenerlo cerca, sentirlo como todo un hombre cuidándome, lo que me daba la certeza de qué ése era mi lugar.

Pero igual me fuí. Y me fuí porque entendí que Él no quería que me quede y en vez de insistir, esperé.

Es increíble como aún lloro cada vez que me lo nombran o cada vez que esos recuerdos me vienen a la cabeza. Mezcla de culpas por que sé que herí sentimientos de gente que no tenía nada que ver con mi ceguera. Si tan sólo lo hubiese visto antes. Y la culpa otra vez pero ahora porque me voy a morir convencida de que su tiempo fue antes y de que yo llegué cuando no debía llegar.

Ese primer beso que se hizo desear entre sus manos que parecían estar seguras pero no lo estaban. Esa mirada esquiva que parecía no saber lo que estaba pasando debajo de mi ropa. Cada paso se dió tan lento que no logro recordar cuando ni como fue que finalmente nos dejamos llevar.

Sonrío, porque lo tuve, sé que así fue.

Por ahí dicen que es mejor sufrir por amor que nunca haber amado. Pues bien.

Seguiré entreteniéndome, tratando de que nadie me toque aunque grite que quiero sentirlo otra vez. Poniendo a prueba constantemente la paciencia de otros hasta que por decantación natural, vuelva a extrañarlo. Seguiré queriendo ser simple, pero sola.