Zooe es una de las musas inspiradoras de este nuevo desparramo de palabras. Quién es ella se detallará en otra ocación; lo que viene a colación hoy es una de sus relaciones.
El es un Lord inglés -muy inglés- por lo que lo denominaremos Mr. Tea.
Hace unas semanas en una de esas salidas espontáneas en las que nos dedicamos sólo a sentarnos a charlar en algún bar cercano a casita, pensado para poder recrear la vista e intentar algún intercambio cultural y enriquecedor, estábamos las dos teniendo una amena conversación que sufrió una irrupción de trajes y corbatas. Aparentemente la apariencia de ajeno al lugar llama la atención de distraídos y observadores. Y así paso. En el medio del logrado intercambio, aparece de la nada Mr. Tea. TODO el cliché autóctono, desde las gafas estilo Ray Ban, el saco entallado, los chupines hasta los zapatos bicolor listos para una tarde de golf. Presentándose como director de películas porno se acercó a ella con esas segundas intenciones que una huele con el pasar de copas y risas.
La historia comenzó así, rodeada de chistes e intentos de bailes (los ingleses no bailan, punto) y Zooe decidió ver a dónde conduciría esta peculiar coincidencia. En horas detectamos por qué lado venía el delirio del sujeto, porque sí, todos tenemos alguno, oculto o no tanto. Más allá de la actitud evidentemente resignada a la moda de él, lo que ya nos parecía una delirio en sí, había un detalle más que la acompañaba. Y arrancamos con llamados, mensajes melosos, pedidos de citas y más citas, y más citas, con toda la parafarnalia romántica pero nada de sexo, como si eso le diera un toque más de romanticismo a la situación. Entre mensajes de “me estoy enamorando” y “quiero bañarte” (eso es romántico?) se vieron varias veces hasta concretar el antiromanticismo, que al parecer dejó mucho que desear.
La mañana siguiente al esperado suceso convirtió a Mr. Tea en EL (si ya no lo era) cursi. Esto se logró gracias la frase matadora: después de la noche de ayer, hoy estoy necesitado de vos. Vamos, que si nosotras decimos eso después de una noche de sexo, a que el sujeto receptor no corre hasta que las piernas le tiemblan y ya no nos ve cuando voltea a mirar? En fin, él se dió el lujo de dejarse “llevar” y Zooe y Yo ante esta situación, con todo nuestro amor a cuestas, expusimos nuestra parte mas sencible riéndonos descaradamente con cada mensaje de amor fingido (porque para nosotras no puede ser real). Es que el cinismo es mas divertido que el amor, por lo menos cuando este tipo de personajes se aparecen en la vida de una en el momento en el que una todavía trata de olvidarse de aquel que la dejó renga y con ganas de hacerse bicho bolita.
Llevarle comida a la casa, pasarla a buscar en un Mercedes, decirle cosas como “preciosa” cuando ella se sonaba la nariz de la gripe galopante que llevaba, destacar su style (eso es poco masculino, sepanló), pasar por su trabajo, entrar a su establecimiento cuando ella pidió expresamente encontrarse afuera para evitar la exposición (hay toda una imagen de por medio) saber que andubo averiguando cosas sobre ella, aparecer en una reunión de colegas de ella. Todo, todo eso que nosotras haríamos para perder a un hombre, y lo ha hecho en exactos 10 días. Mr. Tea siguió el manual. Ella ya no supo como dejar fluir y todas las hipótesis nos conducían a lo mismo: ?
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