Ultimamente he experimentado el arte de la elaboración de café Expresso con mis propias manos. ¿A cuál me refiero con Expresso? Al elaborado directamente de granos recién molidos para deleite del paladar del cosumidor. He desarrollado mi técnica en su producción para consumo masivo y para socavar ansias de aquellos que sin su dosis de cafeína, harían que la economía mundial colapse en un cerrar de sus ojos ya que desarrollo esta actividad uno de los puntos neurálgicos financieros mundiales. Por eso es absolutamente necesario que el café que se llevan de mis manos sea poderosamente efectivo. Menuda responsabilidad me he cargado en hombros.
El mecanismo es simple: se extraen aproximadamente 7gramos de café molido que se vierten en un cacillo. Éste luego se ajustará a la cafetera que dejará caer agua hirviendo. No olvidar colocar una taza debajo del cacillo para obtener el preciado producto final.
Esos son los pasos básicos pero resulta que en la producción uno se puede encontrar con varios tips que hacen que el café se adapte al gusto de quien lo consume. La clave de los mismos está en la presión que uno ejerce sobre el café al colocarlo en los cacillos. Por ejemplo, si se presiona demasiado antes de ponerlo en la máquina, el agua hervida pasará con dificultad por entre el café y hará que el producto final sea mas fuerte en intenso; en cambio si no se presiona lo suficiente, el agua simplemente caerá y lo que se obtendrá será un líquido sin mucho color ni mucho sabor.
También podemos encontrarnos con cambios de resultado según el horario en el que se prepara. A la mañana con las primeras tazas, suele pasar que la máquina todavía está en estado de letargo y es mejor no presionar demasiado porque sino, estaremos años esperando que una gota de agua hecha despertador caiga en las mismas. Más entrada la tarde y con más agua habiendo corrido bajo el puente, se pueden manejar mucho mejor tiempos y sabores.
He aprendido algo que jamás creí que me iba a interesar pero encontré que como todo en la vida, la experiencia es aplicable. Por más que lleve ya un tiempo aprendiendo y practicando, y por más que entienda perfectamente el proceso y sus necesidades, el resultado no siempre es el mismo. Y es aquí donde me toca confesar que todavía en muchas situaciones no sé decidir cuándo hacer presión y con qué intensidad y cuándo simplemente... dejar fluir.
Seguir buscando el justo equilibrio es la prioridad ante esta responsabilidad adquirida..
Why can't we give love that one more chance...
Yo me tomé uno riquísimo, pero me quedaste debiendo el dibujito del corazón con canela... Give love give love give love.
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